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Discursos dados por Sai Baba

02. 06/01/75 ¡No dos, sino tres veces!

No dos, sino tres veces!

No dos, sino tres veces!

6 de Enero de 1975

Bombay

TODOS USTEDES ESTÁN participando de la alegría de servir a otros, de hacerles el bien según la capacidad y el talento de cada uno. El objetivo principal de la Organización Sathya Sai que siempre deben mantener a la vista es el de ayudarle al hombre a reconocer la divinidad que le es inherente. Pero esta divinidad está latente, velada, no siempre le es evidente ni a uno mismo ni a los demás.

No hay nada que sea totalmente malo o totalmente bueno en la creación. Son muy pocos los que no cometen errores y los que no llevan a cabo buenas acciones. Tanto lo bueno como lo malo, lo benéfico como lo maléfico, lo constructivo como lo destructivo, se encuentra presente en todas partes. Ustedes, como miembros de los comités directivos, comités de servicio y sección de mujeres de los Centros Sai, son únicos en su clase, porque han dedicado su tiempo y su talento al servicio de los demás y, en última instancia, a la promoción de sus mejores intereses.

Primero, quiero que renuncien a la ciega imitación de otras culturas, de otros sistemas sociales y de otros ideales. Esta tendencia ha conquistado a noventa y nueve de cada cien personas en nuestro país. Su conducta y comportamiento, su vestimenta y hábitos alimentarios, sus deportes y juegos, sus métodos agrícolas e industriales, su arte y arquitectura, son tomados en préstamo de otras sociedades. Hasta su inteligencia sigue los procesos de otros grupos culturales. Llevan vidas que no tienen raíces en el pasado, guiadas y controladas por esas civilizaciones.

Para escapar a la influencia de estas atracciones y placeres materiales ajenos, es fundamental la fe en Dios en cuanto la realidad interna de cada uno y fuente de inmenso poder. La Organización Sathya Sai deberá reconocer y restablecer esta verdad: el Alma que es la realidad de cada uno, por muy distinta que pueda parecer en cuanto a forma física y conformación mental.

Cuando una lámpara enciende a otras, todas brillan con la misma intensidad. El Uno supremo refulgente es el origen y fuente de todas las refulgencias particulares. Sólo existe el Uno sin segundo. Al mismo viento se le llama brisa, remolino, tormenta, tifón, huracán, etcétera. Al mismo Dios se le llama con diferentes nombres. Ésta es la base misma de nuestra cultura.

Así pues, su deber es enfatizar y experimentar al Uno en todo lo que dicen y hacen. No les den importancia a las diferencias de religión, secta, clase o raza. Que el sentimiento de unidad prevalezca en todos sus actos. Sólo aquellos que siguen esto tienen un lugar en esta Organización. Los demás pueden retirarse.

Tienen que restablecer la perspectiva moral y la conducta recta en esta gran nación. Ésta es la tradición original de la India. Sin embargo, no desprecien las culturas de otras naciones ni traten de descubrirles faltas o desacreditarlas. El Bhagavad Gita aconseja no condenar u odiar a ningún ser.

Llevan en esta Organización alrededor de siete u ocho años. Es tiempo de que se pregunten si están en ella por obligación o por voluntad propia; si le dan lo mejor que pueden en eficiencia y entusiasmo y si su trabajo ha sido genuino o ha sido orientado hacia la exhibición; si en sus actos está patente la fe en la bondad del servicio.

Déjenme que les diga que si sirven de corazón, el resultado será bienaventuranza. El trabajo a medio hacer sólo les dará gozo y fama superficiales. Recuerden que el Dios que adoran con este trabajo, vive en sus propios corazones. Los demás puede que se den cuenta o no, pero el Dios Omnipresente ve y se da cuenta de todo lo que hacen y sienten. Los enfrenta a todas las consecuencias de lo que hagan o sientan.

Hubo una vez un hombre rico que poseía un molino de arroz. Oyó a un pandit decir que la clase de servicio que Dios más aprecia es el dar de comer a los hambrientos. Decidió entonces dar de comer a los pobres de su aldea; pero no tenía en mente usar para ello las mejores variedades de arroz, pues pensaba que para los pobres cualquier clase de arroz era bueno. Así, tomó el arroz que se estaba pudriendo en el granero y sin preocuparse de quitarle los gusanos que lo infestaban, lo cocinó y lo dio a los pobres, quienes empezaron a sufrir muchas enfermedades a causa de esa insana comida. Su esposa lo reconvino y le dijo que era más meritorio dar una buena comida a diez personas que ofrecer aquella clase de alimento a cien, pero este hombre se negó a oír aquel buen consejo.

Por lo tanto, ella concibió un plan para darle a su esposo una buena lección. Todos los días le ponía en su plato un poco de arroz podrido y lleno de gusanos. Cuando él, teniendo ya mucha hambre, la reprendió severamente, ella replicó: "El pandit dice que uno debe sufrir por el daño que causa a otros; en la otra vida tú tendrás que comer arroz lleno de gusanos, por eso te lo doy desde ahora, para que te acostumbres a esa clase de comida; esto te ayudará a comer las consecuencias de tus malas acciones". Al oír estas palabras, el hombre comprendió su iniquidad, se arrepintió de sus errores y así pudo aprender la mejor forma de dar servicio a los pobres.

Debo decir que los programas de servicio que se han puesto en marcha en la ciudad de Bombay están siendo muy bien ejecutados. Pueden constituirse en ideales para que los sigan otras ciudades.

Pero que esto no implique que le pongan un punto final, sino sólo una coma. Sigan adelante cada vez con mayor entusiasmo y logren cada vez mayores progresos en todas direcciones. El servicio es un programa para toda una vida, no sabe de descansos o respiros. Este cuerpo les ha sido dado para que puedan dedicar su fuerza y sus habilidades al servicio del hombre. Sirvan al hombre hasta que vean a Dios en todos los hombres; entonces, lo que hagan será elevado a la categoría de adoración.

Dios es amor y puede ser alcanzado y realizado a través del amor. Dios es verdad y puede ser alcanzado y realizado a través de la verdad. Pero, ¿se están concentrando en el desarrollo del amor y la verdad?

Debo decir que la sección de mujeres está demostrando un mayor entusiasmo y amor en su trabajo en las clases de Bal Vikas (Educación Espiritual), por ejemplo que los hombres. Bien sé que esto se debe a que los hombres no tienen tanto tiempo libre para dedicarlo a las actividades del Centro, pero pueden utilizar de manera sagrada el tiempo disponible y con mayor beneficio. El tipo de servicio que llevan a cabo las mujeres en las clases de Educación Espiritual es muy útil, porque le asegura un buen futuro a nuestro país. Están educando bien a los niños, quienes llevarán la responsabilidad del país, de mejor manera y más inteligentemente, con más apego a la cultura y las tradiciones de Bharat.

Informen a los niños de las cosas que no pueden aprender por sí mismos por medio de la observación, como ser las historias del Ramayana, el Bhagavata y el Mahabharata. Relátenles también historias de la Biblia, de los textos budistas, del Zend Avesta y el Corán. Que el caballo tiene cuatro patas es un hecho que no se le requiere enseñar a un niño; él lo descubrirá en un instante. Lo que les es desconocido a los niños son las historias y poemas que encarnan nuestra cultura.

No se dejen desanimar por personas que digan que la información y la inspiración que entregan es una carga demasiado pesada para las tiernas mentes de los niños. Sólo los mayores consideran pesado el aprender nuevos hechos; la tierna edad es la mejor para este tipo de enseñanza. Háblenles de la importancia del Om y de su significado en cuanto sonido básico de toda la creación. Es un sonido simbólico lleno de sentido, muy diferente a la vacía jerga que los niños aprenden ahora como primera lección en la escuela: "¡Ding dong bell, the pussy is in the well!"

Los miembros del Comité de Servicio deben pasar su tiempo libre en unión con personas piadosas y no perder ni un momento en juegos frívolos. Tomen algunos libros y léanles a sus hermanos y hermanas analfabetos, difundan el mensaje de nuestra cultura entre aquellos que no tienen la oportunidad de conocerlo por sí solos. Préstenles este servicio a quienes viven en los barrios pobres de 1a periferia de la ciudad y en las aldeas. Los citadinos están acostumbrados a libros y novelas estúpidas que les dejan vacío el cerebro y plantan pensamientos de maldad en sus mentes, mas los pobres de los pueblos les darán la bienvenida y escucharán las historias sobre las vidas de los santos y las encarnaciones divinas. Enséñenles a estas personas los sagrados textos de todas las religiones y las vidas de los santos de todos los credos. No se imaginen que su labor es la de propagar a Sai y hablar de Sathya Sai y de su mensaje. Eso no es lo correcto. Sin embargo, a través del nombre de Sathya Sal y del énfasis en el mensaje, apunten a la promoción de la divinidad y de la fe en Dios. Alienten la actitud espiritual, promuevan la disciplina espiritual, sin importar el nombre que usen o la forma que los demás pudieran adorar. Condúzcanlos hacia la senda de la fe y el sadhana a través de algún nombre y forma divinos.

En este instante, algunos de ustedes han pensado que el sol arde sobre el sitio en que estoy y desean hacer algo para evitarlo. Sin embargo, lo mismo les está sucediendo a muchos de los que están aquí y no deben conformarse con pensar en medidas para impedir que el sol incomode a un solo individuo. El comité de servicio debe preocuparse por la comodidad de todos. El Alma está en cada uno. Este cuerpo es para ustedes y estos otros cuerpos son míos también.

¡El amor, la fe firme y la devoción de ustedes me han persuadido para venir hasta Bombay dos veces al año! Si llegan en mayor medida estas virtudes, vendré a Bombay no solamente dos veces sino tres por año para darles bienaventuranza. Les doy mis bendiciones por todo el servicio que han emprendido y por todo el amor que comparten con otros.

Bombay

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