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Discursos dados por Sai Baba

32. 10/03/74 La segunda visita

La segunda visita

La segunda visita

10 de Marzo de 1974

Saandur

¡Encarnaciones del Divino Atma! Me estoy dirigiendo a ustedes de esta manera, para que puedan recordar en vuestras mentes, al menos ocasionalmente, las nobles verdades que están atesoradas para vuestro bien en la cultura de Bharath; mediten en su extensión y profundidad y obtengan consuelo y fuerza de ahí. Ese es vuestro privilegio; el Avatar (Encarnación Divina) tiene que venir para atraer vuestra atención hacia la profundidad y provecho del Dharma (rectitud) que Bharath ha estado sosteniendo durante centurias, pero está sufriendo el abandono en manos de los hijos de este país. Bharath fue el hogar de muchos centros desde donde el mensaje de la paz eterna y el Amor Universal se propagó por todo el mundo; pero, en la actualidad, está en las garras del temor y de la ansiedad, del odio y de la codicia. Las formas en que el hombre pasa sus días son realmente al extremo ridículas. Ansía la felicidad y siempre está en camino hacia todas las direcciones en su búsqueda. Y, al descubrir que cuando consigue la felicidad no es sino un destello en el platillo de la miseria, comienza a maldecirse a él y a los demás. A pesar de que todos los libros sagrados, todos los santos de todos los países, y todos los credos, maestros y predicadores, han estado diciendo que sólo Dios es la fuente y el manantial de la felicidad eterna, el hombre hace oídos sordos al consejo y sigue su propio camino ciego.

Cuanto más tienen, mayor es la preocupación y la ansiedad.

Hay una historia de un hombre joven que en una oscura noche estaba andando en bicicleta por una concurrida calle; el policía de servicio le pidió que se detuviese y descendiera, pues no tenía luz en su bicicleta. El sujeto, sin embargo, gritó: “¡Policía! Aléjese. ¡Por supuesto, no tengo luz; pero, cuidado, tampoco tengo frenos!”. Esa es la patética condición de todos ahora. Nadie tiene la lámpara de la sabiduría o el freno del control de los sentidos.

¿Cómo entonces pueden ir por la calle hacia Ananda (divina bienaventuranza), sin causarse daño a sí mismos o a otros?

El ciclista debe tener ambos; también el hombre tiene la necesidad de la sabiduría y del auto-control. De lo contrario, con seguridad arruinará esta oportunidad de salvarse que ha recibido.

El hombre ha sido enviado a este mundo para que pudiese utilizar el tiempo y la oportunidad para darse cuenta de la verdad de que él no es hombre, sino Dios. La ola danza con el viento, se deja acariciar por el sol, brinca con la lluvia imaginando que está jugando sobre el seno del mar; no sabe que ella es el mar mismo. Hasta que no se dé cuenta de esa verdad, será lanzada hacia arriba y hacia abajo; cuando lo sepa, podrá yacer calma y tranquila en paz consigo misma.

Comida, ropa, vivienda, todo esto es incidental; cuanto más tengan, mayor será la mala salud, la preocupación, la ansiedad, el temor. Y nada puede salvarlos de la muerte cuando tengan que dejar todo y tengan que desaparecer de la escena. Si son buenos, si sirven a los demás de la mejor manera que puedan, y derraman Amor sobre todos, entonces, aunque no estén, vuestro nombre permanecerá en la memoria de los hombres.

Ese es el monumento de mármol que pueden ansiar legítimamente y por el que pueden trabajar. Pero es vuestro deber servir y ser buenos, ya sea que los hombres los honren o les arrojen desprecio. ¿Qué le dicen a vuestro Maestro o Gurú? “Yo quiero Liberación”, o, “Yo quiero Ananda”, ¿no es así? Bien. Los medios para conseguirlas están en vuestras propias manos. La Liberación y Ananda (bienaventuranza) ya están en vuestras manos, empaquetadas entre la cubierta superior (Yo) y la cubierta inferior (quiero). “Yo” significa el “ego”; “quiero” significa “deseo”. Saquen las dos cubiertas, el ego y el deseo. Lo que queda es Liberación, Ananda. Para sacar las cubiertas superior e inferior, se necesita inteligencia. Es por eso que Gandhiji recorrió el país con la plegaria Sabio Sanmathi dhe Bhagavan:

“Oh, Señor, danos a cada uno una buena inteligencia”.

Descubran maneras y medios de expandir el amor.

La inteligencia tiene que ser dirigida a fines buenos, para buscar y descubrir formas y medios de expandir el Amor de uno y para profundizar la compasión de uno. No debería descender al cinismo y la búsqueda de faltas en los demás. Cuando se sostiene una rosa en la mano, su fragancia puede darle dicha al que la sostiene; la fragancia puede ser disfrutada por las personas que se encuentran cerca. Así también, cuando vuestra inteligencia está saturada de la fragancia de la virtud y de la caridad, pueden obtener contento y dicha, y aquellos que están a vuestro alrededor también pueden compartir la paz y la armonía.

Allá por el año 1949 vine por primera vez al estado de Saandur. En esa época no había oportunidad como esta para que Yo pudiese encontrarme con tantos de ustedes y contarles de tales principios espirituales valiosos. Todo a su debido tiempo, como dice el dicho. Una flor florece; pero pasa un largo tiempo antes de que se desarrolle en una fruta y esté repleta de jugo nectarino. Nace un niño; pero le lleva mucho tiempo desarrollarse como un fuerte miembro inteligente de la sociedad. Me alegro de haber venido ahora y de que pudiera encontrar y bendecir a tantas miles de personas de Saandur.

Saandur, 10/3/1974.

Cuando están en la cama, durmiendo, soñando y transitando por variadas aventuras y experiencias, ¿qué le ha sucedido al cuerpo que han criado como a ustedes mismos?

Y mientras están en sueño profundo, ¿dónde se han refugiado todos los niveles de conciencia? El sueño es una muerte breve: la muerte es un largo sueño.

Ustedes, el “Yo” en ustedes, crean al inerte vehículo material llamado conciencia del cuerpo. Ustedes son la Conciencia Cósmica, Dios, temporalmente en el papel de “Yo”.

El complejo cuerpo-mente es el instrumento a ser utilizado para esa Voluntad. Este es el mensaje del Rig Vedha.

Sri Sathya Sai