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Discursos dados por Sai Baba

26. 31/01/74 ¡Ustedes y Yo, juntos!

Ustedes y Yo, juntos!

Ustedes y Yo, juntos!

31 de Enero de 1974

Brindavan

Un Instituto que no confiere el conocimiento de su Realidad Átmica a los estudiantes comprometidos en la persecución de diferentes objetivos y estudios materiales, es tan estéril como un cielo sin luna, un corazón sin paz o una nación sin reverencia por la ley. Los Institutos en la India tienen una mayor responsabilidad en este tema, pues aquí, más que el lado material, tecnológico y científico de la civilización, durante siglos se puso el énfasis en el lado social, cultural y espiritual. El objetivo de la vida y las formas de asegurar la armonía fueron descubiertos aquí y propagados por santos y sabios. Los hombres y mujeres jóvenes que surgen de los Institutos de la India tienen que limpiar este país de la falsedad, de la injusticia, de la violencia y del temor.

Ellos deben difundir el mensaje de paz, tolerancia, rectitud y servicio, y ser ejemplos de estas cualidades para las personas.

Ustedes no están educados si todo lo que han logrado es el estudio de una tonelada de libros. El cuerpo y la mente tienen que ser iluminados por la luz del Amor que emana de la conciencia del Alma y de su Divinidad esencial. Debido a que la educación en la actualidad trata sólo con el cuerpo y la mente, y no está relacionada con el Alma y el Espíritu, la juventud del país es arrastrada de aquí para allá por cada ráfaga que pasa, como vegetación sin raíces. La conciencia del Atma les otorgará poder y coraje inquebrantables. Los Vedas enseñan los medios para asegurar esta conciencia y recurrir a ella para enfrentar los desafíos de la vida. Únicamente eso puede coronar la educación con éxito. Únicamente eso puede fortalecer a la juventud para enfrentarse con los problemas de intranquilidad y ansiedad. Los institutos tienen que enseñar no sólo ciertas materias, sino también la relación materia-objeto. También tiene que ser comunicado el proceso mediante el cual el hombre puede trascender esta dualidad y tener el conocimiento de la Unidad, para hacer que la educación resulte completa.

Hoy el engaño es la regla que guía al hombre.

Las instituciones donde la educación es impartida, en la actualidad carecen de una atmósfera de valor moral o espiritual.

La disciplina está ausente; la honestidad está en reducción; la cortesía y los buenos modales son estimados como formas de comportamiento fuera de moda; agarrar y no dar es la regla; la intolerancia es mantenida en alta estima.

Si el hombre no está equipado con el desapego, virtud, tolerancia y verdad, ¿cómo puede levantar su cabeza y declararse un ser humano? El hombre se ha degradado tanto que se deleita en la falsedad de una manera desvergonzada; su intención es diferente a sus palabras, pero aun sus acciones ocultan su profesión.

Pensamiento, palabra y acción no están coordinados. El engaño es la regla que guía. El hombre debería redimirse a sí mismo de esta caída; no debería sacrificar su gloria y su meta por los pequeños triunfos del momento; si lo hace, sólo se haría más barato que la arcilla.

Los hombres deberían crecer rectos, sin ningún torcimiento.

Al ritmo actual y bajo las presentes condiciones, el futuro de la India, antiguamente el Preceptor de la Humanidad, está gravemente mal. Los estudiantes deben despertar a tiempo y decidir transformarse en dignos instrumentos del renacimiento de la grandeza de Bharat. Deben crecer rectos, sin torcimiento alguno. Deben crecer como indios en suelo indio, en la atmósfera india; deberían abandonar las ganas de imitar las modas extranjeras de pensamiento, palabra y vestimenta. En lugar de ahondar en su realidad interior y vivir fiel a ella, ahora están explorando las falsas ilusiones externas y están imitando los adornos externos de personas igualmente engañadas. Ellos silencian la Voz de la Conciencia y se comportan de manera exótica. El corazón advierte, el cerebro protesta, pero la mente sigue provocando. Aquel que reprime la voz de Dios es igual a un cadáver viviente.

Observen la clase de ropa que ahora es considerada de moda:

la extraña y burda camisa camuflada y los extraños pantalones tubo. Observen las patillas y los raros bigotes y barbas que ensucian la cara de los jóvenes. Observen el valor dado al desaliño y a lo primitivo, a la necedad y a la frivolidad. Nadie puede apreciar esta tendencia, excepto aquellos que son víctimas de ella; el disgusto es la única reacción que uno tiene. Cuando el exterior está apestando de desorden, ¿cómo puede estar ordenado el interior? ¿Cómo pueden la armonía y la honestidad estar instaladas en semejante corazón abarrotado y en semejante cerebro entorpecido? Los jóvenes se mueven como payasos; no le prestan atención a la seriedad de la tarea que está delante de ellos.

Cuando los padres, la sociedad y la nación ansían que ellos se conviertan en “más grandes”, se deleitan como “mendigos” delante de los fabricantes de modas de otros países, los imitadores de otros países y los histéricos de otras culturas.

Utilicen el momento actual de la mejor manera para enfrentar los desafíos de la vida.

Y cada tic tac del reloj recorta un largo del hilo de la vida. Si el dinero no es gastado queda en vuestra cuenta bancaria; pero, vuestra vida se gasta a cada momento, sea sabiamente o no.

Avanza implacablemente. Utilicen el momento presente de la mejor forma, para agudizar vuestras habilidades, para ampliar vuestra inteligencia, para expandir vuestro corazón y para dominar la técnica de enfrentar los desafíos de la vida con coraje y ecuanimidad.

Esa será la recompensa que le ofrecerán a vuestros padres por el amor y el sacrificio que ellos han derramado sobre ustedes; no les ofrezcan a cambio una mala reputación, una carrera arruinada, un carácter estropeado. Háganlos felices y orgullosos; obtengan las calificaciones más altas en vuestros estudios y las calificaciones más altas en vuestro carácter.

No desprecien a las aldeas donde ustedes se han criado, no abandonen a los padres, que han sacrificado tanto por ustedes.

Vivan con ellos y háganlos felices. Además, amen y sirvan a cada uno en el pueblo como si fuera una extensión de vuestra propia familia, como si todos fueran vuestros amigos y parientes. No se dejen arrastrar por el brillo artificial y el engañoso despliegue de las ciudades; cualquiera sea el salario que puedan obtener de los empleos en esos lugares será dilapidado en persecuciones triviales; ustedes no pueden ser libres, frescos y puros en esa atmósfera, ni pueden servir a vuestros padres y a las personas. Serán una carga para los demás y un problema para ustedes mismos.

Estoy dependiendo de ustedes, estudiantes, para una gran transformación en el panorama, una gran revolución. Los estudiantes del Instituto Sathya Sai deben encabezar este movimiento.

La generación más vieja sólo puede hablar; son ustedes los que deben actuar. Ustedes tienen que demostrarse dignos de este Instituto. Sean disciplinados; sean dulces en los modales, en el habla y en vuestras relaciones con los menos afortunados. Sean agradecidos con vuestros padres, con los aldeanos de vuestro pueblo y con aquellos que se esfuerzan por vuestro bienestar. Intenten siempre lo mejor para obtener una buena fama para ustedes mismos, para vuestro Instituto y para vuestros padres.

¡No tengan la impresión de que ustedes y Yo nos hemos reunido recién ahora, desde que estudian en este Instituto! Ustedes han venido a Mí por triunfos más elevados, como consecuencia de méritos adquiridos en muchas vidas pasadas. Ustedes y vuestros maestros están destinados a lograr tremendas tareas bajo Mi guía, en la ejecución de la Misión por la cual he venido.

Brindavan, 31/1/1974.

Los días que están marcados como festividades en los calendarios de todas las razas y religiones, son significativos porque tienen un profundo propósito espiritual.

tienen que ser usados por el hombre para examinar los hábitos y las prácticas, los prejuicios y las parcialidades, y para limpiar la mente de éstos.

Las actitudes y directrices que están obstruyendo el progreso tienen que ser descartadas y acogidas nuevas frescas y fructíferas. Los días han de ser dedicados a podar las viejas y plantar las nuevas.

Sri Sathya Sai