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25. 06/10/70 Reconocer su Ser | 6 de Octubre de 1970
Prasanthi Nilayam
Dasara
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La llegada a la edad adulta ha sido posible para todos ustedes; pero este alto estatus entre los animales debe ser merecido fundiéndonos finalmente en lo Divino, que es la meta que tiene en vista el peregrinaje de la evolución desde que la vida comenzó en la tierra como la ameba en las aguas. La fe en ese objetivo y la marcha constante hacia él son signos de la conciencia de la responsabilidad de ser hombre. El Llamado del Divino resuena en cada corazón; provoca reacción de asombro, reverencia, afecto, amor y sacrificio, todos ingredientes del bhakthi. Se traduce en actos de culto, de alabanza, de adoración y de devoción y simboliza la majestad de Dios. Así, la mente se satura con pensamientos Divinos, se vuelve a moldear en el Molde Divino, hasta que el flujo de Aananda no cesa.
La oración es el aliento mismo de la religión; porque acerca al hombre a Dios, y con cada suspiro, lo trae cada vez más cerca. Dhyana es el proceso de escuchar la Canción Celestial, la Flauta de Krishna, con los oídos mentales atentos a la melodía. El yoga es la fusión de la mente en la dicha del olvido de uno mismo, cuando la música llena la conciencia. Palabras como estas no denotan por completo ese éxtasis difícil de expresar que se tiene al volver a casa después de este largo exilio.
Vedha se le dice al Aliento de Dios
Chandromouli Sastry habló de los mantras, las fórmulas místicas, que son potentes con la iluminación espiritual. El sonido y las vibraciones que generan tienen una forma de afectar las emociones e impulsos del individuo, limpiándolos, acelerándolos, fermentándolos, agitándolos, tratando con ellos de formas sutiles que sólo el adepto conoce. Puede pronunciar la palabra "ven" de varias formas distintas, produciendo tantas reacciones distintas en aquellos a quienes se dirige. Los sonidos emanan de la garganta, la lengua, la cavidad del pecho, el ombligo, el corazón, de la experiencia silenciosa de la fuerza yóguica activada. Pero, más que la repetición de mantras y la dispersión de vibraciones a través de raaga, thaala y bhaava (melodía, ritmo y sentimiento), absorbe el significado de los mismos saboreando la dulzura. La dulzura del mantra está más allá del alcance de aficionados y principiantes; pero, la dulzura del sankirtan (canto espiritual melodioso) captura incluso en la primera sesión.
La civilización moderna se basa en el avance tecnológico, pero existe una tecnología superior, el entendimiento de la conciencia y la transformación de esa conciencia en una fuente de poder, a través de esa comprensión. Esto es Sujnaana (conocimiento espiritual experiencial), a diferencia de Vijnaana, que es la ciencia. De nuevo existe Prajñana, que trasciende incluso la conciencia y lleva al hombre al reino del Principio Único, omnipresente y omnipresente que es Dios. Este es el Adhwaitha Jnaana (conocimiento integral de la Unidad), la culminación del viaje del espíritu.
Se dice que Veda es el aliento de Dios, porque la palabra o la voz es aliento; el Veda es Akshara, lo indestructible, la letra, el símbolo de la vibración que se propaga y afecta al Universo para siempre. La Palabra es válida para todos los tiempos; se ha convertido en el Akshara, el símbolo visual sobre la pantalla de asthi-bhaathi-priyam (existencia-en-iluminación-bienaventuranza), se proyecta la película de Nombre-Forma, e ignoras la pantalla y prestas atención a la película apasionante en movimiento, tomando lo fugaz como verdadero y lo permanente como inexistente. Rompe el complejo Nombre-Forma y fija la mente en la pantalla, que es la Verdad.
Moksha es la conciencia de tu realidad.
Mantra significa aquello que salva, cuando se medita sobre ello. El nombre de Dios, cualquiera de Sus innumerables nombres, puede servir al propósito. El nombre es como el aguijón que puede domesticar al elefante en celo y hacerle doblar las rodillas y levantar el tronco hasta los colmillos.
Arjuna entró en el campo de batalla, completamente equipado y fanáticamente decidido a destruir a sus enemigos. Pero, cuando se paró entre las apretadas filas en su carro conducido por el Señor Krishna, vio a 'mis maestros', 'mi abuelo', 'mis parientes', 'mis primos' y se conmovió tanto por este sentido de yo y de lo mío que descartó el arco y quiso volver, pobre y abatido. Dijo que preferiría ponerse la túnica ocre y suplicar por su sustento que sentarse en un trono ganado mediante el derramamiento de sangre. El Yo que realmente no tiene nada que ver con las posesiones terrenales lo engañó y lo hizo identificarse con cosas que no son realmente relevantes. Este es el moha (engaño) del que fue salvado por el Bhagavath Gita. Sean indiferentes a la 'dualidad'; esa es la lección. No dejen que la derrota o el éxito afecten su calma interior, su alegría interior. Mírate a ti mismo como si no estuvieras relacionado con los demás o con el mundo objetivo. Cuando te conoces al ti mismo, estás liberado: eso es Moksha.
Moksha no es un hotel de cinco estrellas ni una residencia turística de lujo. Es solo la conciencia de tu realidad y el rechazo de todas las concepciones contrarias. Puedes reconocerte a tí mismo rápida y claramente, si purificas tu corazón con un mantra o con el canto de la gloria de Dios. Ambos te otorgarán la bendición.
Dondequiera que los devotos cantan, Dios se instala
Las canciones han sido el estribillo de los Vedas, la habilidad de Saraswathi, la Diosa de las Escrituras, la Flauta de Krishna, el Pranava de la Concha de Vishnu, el ritmo del Dhamaru (tambor) de Shiva. Naaradha, el sabio que está inmerso en la dicha de la canción, una vez tuvo un problema. Estaba en un dilema, dónde conseguir audiencia con Dios - ¿adónde debo ir? El se preguntó. ¿Iré a Thirupathi, Bhadhraachalam, Kaashi, Badhri, Puttaparthi o Pandharpur? O donde? Entonces, Naaraayana respondió: "¡No te preocupes por ningún lugar en particular! ¡Madh Bhakthaah yathra gaayanthe thathra thishtaami, Naaradha! ---" ¡Dondequiera que canten Mis devotos, allí Me instalo! "Entonces, canta desde el corazón, consciente de las capas de significado que tiene cada palabra. Puedes tener a Dios instalado en tu corazon.
Así como todos los días realizan ejercicios y consumen tónicos calculando la ingesta de calorías y vitaminas, prestando una atención meticulosa al valor nutricional de los alimentos, presten atención también a la ingesta de impresiones en la mente, ya sea que debiliten o fortalezcan, ya sea que añadan a la mente poder de resistencia contra los virus como la codicia, envidia, odio, orgullo, malicia, etc. Aliméntense con buenos actos de servicio, pensamientos divinos y beban el Premarasa (nectar de Amor), para que puedan ser regadas y bien digeridas. Entonces, brillarán en salud mental, felicidad y salud.
Traduccion Silvina Oviedo
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